viernes, 18 de diciembre de 2009

BODAS MEDIATICAS


Si alguien aun creía que existen grupos de comunicación “independientes”, con la fusión de Cuatro y Telecinco ya tiene un nuevo motivo para replanteárselo. No por anunciado deja de ser sorprendente el matrimonio entre la cadena de las mamaciccio y la tele-qualité del grupo PRISA. Es verdad que los grupos de comunicación se guían por el criterio de la máxima rentabilidad, lo que explica movimientos empresariales como éste. Desde el plano de las audiencias también es verdad que todas las televisiones luchan por los mismos segmentos, especialmente el codiciado sector joven-urbano de clase media que se supone consume mucho y, cada vez más, da la espalda a la televisión. Así que desde el punto de vista de la gestión del negocio, especialmente ahora que TVE se sale del mercado publicitario, es posible que la fusión sea una maniobra inteligente y produzca, como les gusta decir a los líderes empresariales, “efectos sinérgicos”. Por otro lado, las televisiones son hoy más herramientas de entretenimiento que medios de información y en la primera de estas facetas es poco probable (aunque no imposible) que la fusión repercuta en la ya mediocre calidad del producto televisivo. Pero sí cabe pensar que esta nueva situación acarree consecuencias en la política editorial de los medios implicados: ¿cómo? Cuatro, como todo el grupo PRISA, ha sido de siempre una cadena bien recibida en Ferraz (salvo cuando les tocaban las cartolas con las emisiones deportivas). En cuanto a Telecinco, nunca se ha destacado por un compromiso claro con el arco político español aunque desde luego no es un medio que pueda presumir de tocarle las narices al poder (recuérdese el abrupto final del primer “Caiga quién caiga”, el de Wyoming). Lo más interesante de todo va a ser comprobar cómo un medio supuestamente “de izquierdas”, tácitamente comprometido con un socialismo institucional y moderado, pero al fin y a la postre nominalmente progresista, adapta su mensaje a las consignas que a su nueva esposa le llegan desde los despachos berlusconianos. No es que uno tuviera depositadas grandes esperanzas en la credibilidad de los telediarios “prisistas” (al margen de algunos buenos trabajos de reporterismo) pero habrá que ver cómo se las apaña Gabilondo para informar de la próxima fantochada del ínclito primer ministro italiano. Y atención, porque detrás vienen la Sexta y Antena 3 en expreso matrimonio de conveniencia.
+ Info: la noticia del pacto entre PRISA y Mediaset (Telecinco) en El Correo

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