viernes, 21 de diciembre de 2012

GRECIA: MÁS POBREZA, MEJOR RATING

A primera vista parece una buena noticia: Standard & Poor´s sube seis escalones la calificación de la deuda griega. Es decir, el prestigio crediticio del país aunque permanece en entredicho recupera algo de credibilidad. Sin embargo la actuación de la agencia de calificación de riesgos es capciosa: resulta que Grecia mejora su nota a medida que su población se depaupera y que su gobierno usa la tijera con saña creciente. La imagen de la agencia EFE de un indigente durmiendo en la calle que acompaña a esta noticia en algunos periódicos ilustra de manera fehaciente el modelo social al que estamos abocados. No sé si los griegos deberían alegrarse por la recalificación de su deuda, lo que si sé es que las mismas agencias que con sus maniobras han contribuido a alentar la bancarrota de ciertos países demuestran con esta actuación que están dispuestas a premiar las políticas de recortes: sé bueno y te adelanto en el alfabeto del rating. ¿Quién gobierna hoy el mundo? ¿Qué tipo de sociedad propugnan los amos anónimos del nuevo universo? Da que pensar.
Nota: este artículo se ha publicado en la sección Cartas al Director de El País
+Info: la noticia en El Correo

lunes, 12 de noviembre de 2012

PANFLETO A FAVOR DE LA HUELGA DEL 14-N


Muchas veces son pequeños detalles los que precipitan nuestra toma de decisiones de forma que ante un cúmulo de factores acabamos pronunciándonos en uno u otro sentido por obra y gracia de una razón en apariencia nimia que actúa como resorte final. Ante la convocatoria de huelga general del próximo miércoles 14 de noviembre siguen valiendo los mismos motivos para la movilización social que ya existían en la anterior convocatoria de marzo y que pueden resumirse en el paulatino y cada vez más indisimulado acoso al Estado de bienestar social que viene aplicando este gobierno (y que ya puso en marcha el anterior). ¿Es esto motivo suficiente para una huelga general? Sin duda lo es, para una huelga y posiblemente para mucho más. Pero a cualquier ciudadano tranquilo le surgen preguntas como, ¿pero realmente servirá para algo?, o ¿no sería mejor arrimar el hombro y aguantar un poco más en vez de poner las cosas más difíciles al país dejando de trabajar?, o ¿a ver si la huelga es incluso contraproducente por la imagen de España que se transmite al exterior?  Este y otros argumentos son los que con mayor o menor poder de convicción transmiten gobierno y empresarios como réplica a la convocatoria sindical. Así que por si alguien piensa que estos razonamientos pueden contrarrestar sus motivos para hacer huelga aquí van, a modo de sugerencia, algunas pequeñas píldoras detonantes, unos pocos resortes nimios que quizás decanten una conciencia indecisa.
Uno. El pasado sábado una mujer se tiró al vacío en Barakaldo en el mismo momento en que la comitiva judicial iba a entrar en su casa para proceder a un desahucio. Cabe recordar que desde el comienzo de esta crisis el Estado no ha cesado de prestar ayudas a esos mismos bancos que ejecutan hipotecas sin piedad y (esto es aun más paradójico) le venden al propio Estado el dinero a precio de usura. Es el segundo suicidio por parecidas causas en pocas semanas.
Dos. Esperanza Aguirre piensa que la convocatoria de este miércoles es ilegal y debería estar prohibida porque es una huelga política y como tal queda excluida de las previsiones que la legislación preconstitucional contempla para la regulación del derecho a la huelga. No es competencia de los sindicatos, puntualiza, influir en la política económica y social del gobierno democráticamente elegido, cuya obligación es responder ante los ciudadanos de los compromisos adquiridos “en forma de programa electoral”. Claro que ésta es una huelga política, todas las huelgas generales lo son, y claro que se pretende influir en las decisiones del gobierno. Pero creo que la legitimidad de la misma queda fuera de toda duda por muchas pajas mentales que la presidenta madrileña quiera hacerse sobre su presunta ilegalidad. Sin embargo lo que sí cabe cuestionar es la legitimidad de este gobierno para llevar a puerto una política económica y social que se parece bien poco a la que propugnaba el programa con el que ganó las elecciones. El pensamiento de Esperanza Aguirre pone la guinda a la política de regresión social que practica el PP, sugiriendo pautas para la mutilación de derechos políticos, un paso más en ese oscuro camino que nos puede llevar de una imperfecta democracia social a una perfecta oligocracia demagógica. En ello parece a veces que estamos inmersos.
Tres. Quizás dentro de unas semanas esto solo sea una anécdota, pues en el momento en que tendrá lugar la huelga aun no sabremos cómo van a actualizarse las pensiones para 2013. Pero la propuesta que lanzó el gobierno hace un mes podría constituir un motivo más: dado que la subida del IVA ha provocado un incremento de precios superior al previsto algún figura del entorno económico gubernamental se sacó de la manga el concepto de “IPC a impuestos constantes” con la finalidad de aplicarlo a la actualización de las pensiones. Es decir, que para calcular el incremento de las mismas se obvia el alza de precios real producido tras el incremento del IVA y se considera un ficticio IPC exento de la subida impositiva. Auténtica ingeniería fiscal que suena además a cachondeo a la cara de los millones de pensionistas que ya tiemblan por el pago de recetas.
Cuatro. Termino, como no, con nuestro siempre singular País Vasco. Aquí una vez más el eje patriótico vuelve a dividirnos y consecuentemente restar fuerza a la movilización social, toda vez que los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, STEE y algún otro) se han excluido de esta convocatoria del 14-N. Es verdad que, de una manera a mi juicio discutible y precipitada dadas las expectativas de una próxima convocatoria europea, estos sindicatos  convocaron una huelga el pasado 26 de septiembre. Pero no ha sido la proximidad de esa movilización previa el motivo esgrimido para no participar en una convocatoria que además de europea tiene el estigma de ser “española”. Un pecado capital que a la mayoría de los que consideramos que hay motivos para la protesta nos importa un pimiento, pero que debe de pesar mucho en los comisariatos políticos de estos sindicatos más atentos con frecuencia a las cuestiones político-patrióticas que socio-laborales. Ojala el miércoles haya un buen número de trabajadores dispuestos a renegar de la disciplina sindical y participar en una movilización por motivos que nos atañen a todos, independientemente de cuál sea nuestra postura ante la “cuestión nacional” vasca.
+Info: el siempre certero Vicenç Navarro ofrece en Público un buen puñado de razones para esta huelga.

miércoles, 31 de octubre de 2012

UNA BODA PATRIÓTICA


La noticia de la semana en nuestra ciudad tiene tintes tragicómicos: en el transcurso de una celebración de boda que estaba teniendo lugar en el muy selecto y tradicional Hotel de Londres donostiarra, los invitados se enzarzaron en una pelea multitudinaria que acabó con la intervención de la Ertzaintza y al menos dos personas detenidas. Las circunstancias de la tangana no están del todo claras pero parece que hay al menos tres ingredientes que, según las crónicas, la provocan en menor o mayor medida: una canción de Benito Lertxundi, la profusión alterna y contrapuesta de sucesivos goras a ETA y vivas a España y la presencia de un grupo de invitados vallisoletanos. Según las últimas informaciones éstos se retiraron discretamente a sus aposentos antes de que estallara la pelea con lo cual la inicial sospecha de que pudiera tratarse de un enfrentamiento de vascos contra españoles (singular remedo de nuestra “lucha de liberación nacional”) parece desvanecerse. La trifulca da pie en cualquier caso a una serie de reflexiones. Para empezar demuestra que la profesión de fe revolucionaria y abertzale no está reñida con una más que desahogada posición económica que se permite celebraciones en uno de los templos del lujo y el buen estatus familiar de nuestra ciudad (habremos de pensar que la mayoría de los invitados, amigos y familiares, pertenecen al mismo segmento social que los novios, como suele ocurrir en casi todas las bodas). Esto del poderío económico de una importante porción de la base social de la izquierda abertzale es tema que dejaremos para otra ocasión, pero me ha resultado divertido imaginarlos vociferando con corbata los goras a ETA en un contexto tan selecto y elegante (al facherío local ya le teníamos descontada esa posición muelle).
Otra curiosidad es la accidental presencia de Benito Lertxundi. Pero, por Dios, ¡a quién se le ocurre poner una canción de Benito en una boda! Es como ambientar un velatorio con Georgie Dann, pongamos. Dicen los periódicos que todo empezó cuando el novio le pidió al disc jockey que quitara una canción del cantautor vasco que previamente había solicitado la novia, lo que debió de parecerle una provocación al sector abertzale de la concurrencia. Más allá de los acuerdos musicales que hubieran estipulado los novios en sus capitulaciones matrimoniales, entiendo que la verdadera provocación está en la tentativa de reventar un baile con las amodorrantes melodías del bueno de Benito, muy adecuadas para ambientar una reunión nocturna de ñeque-ñeque en un brumoso refugio montañero, pero francamente inservibles para darle vidilla a cualquier bailongo post-nupcial. Bueno, ¿y lo de los vivas a España y los goras a ETA? ¿A quién se le ocurre? En las bodas normalmente se les vitorea a los novios, pero los vivas a las patrias y sus próceres parecen cosa, como mucho, de bodas de Estado (y ésta en cualquier caso sería una boda “en estado”, pormenor que ignoramos, claro).
En fin, prósperos revolucionarios abertzales los unos, acomodados españolistas de buena familia los otros, supongo que tendiendo todos a borrachos, por un quítame allí esta canción se lían a tortas al grito de viva España o gora ETA. Lo cual, insisto una vez más, vuelve a demostrar lo malo que es el nacionalismo para la salud mental de las personas, especialmente si lo mezclamos con el alcohol y la familia. Pobres novios.
+Info: crónica del DiarioVasco

jueves, 25 de octubre de 2012

ELECCIONES VASCAS DEL 21-O: TRES NOTICIAS “MALAS”, UNA “BUENA” Y UNA CONCLUSIÓN


Ahora que han pasado unos días de las elecciones y ya hemos leído y escuchado variadas reacciones, valoraciones y análisis sobre los resultados de las mismas nos toca expresar nuestras reflexiones, ponderadas por un relativo conocimiento prospectivo sobre lo que puede esperarse de la próxima legislatura. Que lo que venga sea malo o bueno depende lógicamente de cada cual, así que yo solo puedo decir lo que para mi promete venturas y lo que anticipa desventuras desde mi óptica particular. Pienso, de una manera muy sucinta y resumida, que la jornada electoral ha deparado tres malas noticias y una buena.
1. Abrumadora mayoría nacionalista. Esto, como imaginará cualquiera que me conozca o lea este blog de cuando en cuando, de entrada es malo. No porque las distintas familias nacionalistas ostenten conjuntamente la mayoría en la cámara, algo relativamente normal, sino porque esta vez esa mayoría es acusadamente desproporcionada, tanto como no lo era desde los años 80. Si bien es cierto que la suma de votos de las formaciones no nacionalistas viene a representar un 42 % frente a un 58 %, su reflejo en escaños acentúa la diferencia hasta un 36/64 % a favor de los partidos nacionalistas, lo que facilita esa impresión de que 2 de cada 3 vascos ya son abertzales. Sea cierto o no, pienso que en cualquier caso esa mayoría nacionalista no es necesariamente secesionista y dudo que el PNV, pese a la presión de EH-Bildu, llegue a embarcarse en una aventura semejante a la de CiU. A diferencia del caso catalán y como ya se ha expresado en este blog, el soberanismo vasco no ha adquirido aun la naturaleza de movimiento cívico, una condición previa para desencadenar tempestades políticas similares a la que Mas parece dispuesto a provocar en Cataluña.
2. Desplome de la izquierda no nacionalista. Otra mala noticia. Ya no es únicamente el PSE, algo que ya se esperaba y que reproduce lo que parece que sigue ocurriendo en el resto de España (véase lo que ha pasado en Galicia, y pronto veremos lo que ocurra en Cataluña). Es que además las dos familias de IU se han ido al garete, dejando sin representación a ese sector que alguien denominó “el quinto espacio” y que con matices han venido personificando Euskadiko Ezkerra (nacionalista descafeinado), Ezker Batua y hasta en cierta medida el Aralar de Ezenarro (estos con muchos matices, claro). Por primera vez en mucho tiempo los votos de izquierda son mayoritariamente nacionalistas, algo que puede perjudicar el impulso de políticas progresistas si EH-Bildu opta por explorar estrategias y alianzas que antepongan sus aspiraciones nacionales a su supuesta alma socialista.
3. Éxito electoral de EH-Bildu. Por muy anunciada que fuera, tercera mala noticia. Es verdad que, sobre todo en Gipuzkoa donde gobierna, la izquierda abertzale ha acusado un cierto desgaste, como sus propios dirigentes han reconocido. Pero de nuevo el aluvión de votos cosechado hiere la sensibilidad moral de todos aquellos que no comprendemos cómo una agrupación que hace tan poco aplaudía la barbarie etarra hoy se erija en la segunda formación política del país amenazando incluso con superar al PNV. Sin duda esta sociedad tiene, como señalaba el líder de UPyD Gorka Maneiro, “un problema ético de primera magnitud”.
4. Mayoría de las formaciones de izquierda. Parece que es la única buena noticia que ya anticipaban las encuestas y que los resultados han sancionado. PP y PNV suman 37 escaños, los mismos que PSE y EH-Bildu, así que las claves estarán en cuáles sean las prioridades políticas de EH-Bildu y en la posición que adopte el único parlamentario de UPyD. Este partido arrastra en el País Vasco una curiosa imputación de “fatxa”, seguramente a causa de ese absurdo reduccionismo nacionalista que identifica con tal epíteto a todo aquel que se oponga con energía a los postulados abertzales (hasta el PSOE ha sido “fatxa” en el imaginario colectivo de parte de los vascos, nunca el PNV curiosamente). Sin embargo y a tenor de las declaraciones del mismo Gorka Maneiro, UPyD está dispuesto a hacer causa común con PSE y EH-Bildu en cuestiones como la lucha contra el fraude fiscal o la oposición a los recortes en políticas sociales. Quizás por este lado vengan las mejores consecuencias del nuevo mapa electoral, con una alianza parlamentaria de izquierdas y con una saludable participación política constructiva de aquellos que hasta hace poco se limitaban a jalear consignas incendiarias al  alimón con ETA.
Conclusión. Los gobiernos de coalición PNV-PSE-EE de la época de Ardanza fueron buenos cuando el terrorismo arremetía contra todo y todos. Además los socialistas matizaron el espíritu conservador y nacionalista del PNV, de manera que entonces, con el concurso de la autonomía fiscal, se sentaron las bases de una país con unos servicios públicos decentes (la sanidad adquirió un justificado prestigio, la red educativa pública se consolidó, el bilingüismo avanzó sin provocar grandes traumas, el sistema político concitaba un consenso del que solo se excluía la izquierda abertzale). Este entramado empezó a tambalearse con Ibarretxe y Patxi López no supo enderezarlo, con el agravante de la crisis económica poniendo las cosas más difíciles. Hoy ninguno de los dos protagonistas (PNV y PSE) parece que esté por la labor de repetir aquel matrimonio, aunque para muchos vascos siga siendo la opción de gobierno más deseable. Pero una vez descartada quizás lo mejor sea que el PNV gobierne en solitario con una oposición que, esperemos, sepa hacer frente a eventuales ataques a ese modelo de Estado social que el propio PNV contribuyó a levantar. Para ello va a ser clave la política fiscal y ahí es donde EH-Bildu, que no lo olvidemos controla la hacienda guipuzcoana, deberá decidir si de verdad empieza a hacer política a favor de los ciudadanos o continúa especulando con un hipotético futuro de liberación nacional para el cual necesitará la complicidad del PNV. Así que, descartada la posibilidad de gobiernos de izquierdas no nacionalistas o mixtos (algo que de hecho no ha llegado a ser el ejecutivo de Patxi López) habrá que ir acostumbrándose a que lo menos malo es la colaboración con una "nueva izquierda abertzale constructiva" con la que habrá que hacer de tripas corazón para obviar un miserable pasado aun muy reciente. Si hasta UPyD está por la labor...
+Info: los resultados electorales en la Web de EITB

viernes, 12 de octubre de 2012

UN 12 DE OCTUBRE "POPULAR"


Hace dos años publiqué en este blog un comentario (que, contra lo acostumbrado, suscitó modesta “controversia”) sobre los abucheos que recibió Zapatero en la fiesta del 12-O de 2010. El propósito venía a ser resaltar que la “transición política” post-franquista seguiría siendo algo incompleto mientras la derecha sociológica continuara teniendo al ejército español como algo propio, lo que quedaba puesto de manifiesto al aprovecharse una parada militar como pretexto para escenificar la protesta contra un gobierno de izquierdas. Desde luego aquel gobierno no estaba exento de culpa en una situación que comenzaba a ser de manifiesta crisis económica, pero el cariz de la protesta me hacía pensar que el principal motivo de los abucheos no era tanto la crisis en si misma como la “ominosa” presencia de un gobierno socialista en el contexto de un desfile militar. Hoy ha tenido lugar una nueva parada, la primera desde 2003 con el PP en el poder, con un gobierno de derechas. Y, ¿qué ha ocurrido? Pues que pese a que la crisis es para la mayoría de la población aun más insoportable y aguda que entonces, pese a que en un año el nuevo gobierno no ha sabido enderezar la situación (más bien al contrario), el público del desfile no ha manifestado ningún tipo de protesta durante el transcurso del mismo. Todo lo cual creo que corrobora lo que yo pensaba hace dos años: que esa derecha social que tanto censuró en las calles al gobierno socialista sigue teniendo al ejército como un totem exclusivo de su clan. Entonces asoció la adhesión a “su ejército” con un rechazo al gobierno. Ahora es “su gobierno” quién manda y, pese a que las circunstancias económicas sean aun más dramáticas, no hay motivo para la censura. La adhesión es de consuno, al ejecutivo y a las fuerzas armadas. No es que yo simpatice con ejércitos de ninguna clase, ni con los de “derechas” ni con los de “izquierdas”. Pero precisamente por eso creo que es bueno que puestos a tener que pagar unas fuerzas armadas éstas queden absolutamente desligadas de cualquier color político partidista, algo que los que vociferaban hace unos años y ahora se callan no parecen dispuestos a asumir. Dicho lo anterior, sigo preguntándome por qué demonios se celebra con tanques y caza-bombarderos que Colón descubriera América un 12 de octubre.
+Info: detalles del acto institucional en Europa Press

jueves, 13 de septiembre de 2012

SEPARATISMOS CÍVICOS, SEPARATISMOS POLÍTICOS (CATALUÑA VERSUS EUSKADI)


Parece que, tras treinta años de estado autonómico, la sutura que une a las nacionalidades periféricas con el Estado Español corre serio riesgo de romperse por donde con menor violencia se había producido la herida. Quién diría hace un par de décadas que el gran órdago al poder central iba a venir no de la desangrada Euskadi, donde una organización luchaba por la independencia con denuedo, bombas y metralletas, sino desde la pacífica y sibilina Cataluña, que había auspiciado en plenos años 80 un proyecto de Estado a escala española con motor catalán: recordemos que en la conocida como “Operación Roca” el político convergente Miquel Roca fue candidato a la presidencia del gobierno desde las filas del Partido Reformista Democrático, una formación hermana de CiU promovida por el poder económico español.
La nueva ola de independentismo catalán es un fenómeno complejo en el que intervienen factores muy diversos, sociales, políticos y económicos, de los que se ha escrito y hablado prolijamente durante estos últimos días. En relación con los primeros, los factores sociales, me gusta la idea que ha destacado Josep Ramoneda sobre el cambio generacional: buena parte de la actual población catalana ha crecido en un ambiente cultural y político abiertamente proclive a la concepción de Cataluña como una nación. Las razones de índole política tienen un origen tan remoto como la concepción del estado autonómico que consagra un encaje marcadamente uniforme en el Estado para todas las comunidades autónomas (pese al fracaso de la LOAPAde 1982) y encuentran su epílogo en la sentencia del Tribunal Constitucional (junio de 2010) contra el Estatut de 2006. Pero la guinda la ponen las motivaciones económicas, precipitadas en un contexto de crisis que ha contribuido a asentar como “verdad social indiscutida en Cataluña” (Ramoneda dixit) el perjuicio económico de permanecer en España.
Si bien la manifestación del pasado 11 de septiembre vino alentada por el gobierno de la Generalitat, algo que han destacado muchos comentaristas es que el movimiento ha desbordado las expectativas de los políticos que la apoyaron. Literalmente, dicen algunos, el asunto se le está yendo a CiU de las manos. Esta consideración sirve para, desde una perspectiva vasca, hilar algunas reflexiones sobre las similitudes y diferencias entre los secesionismos vasco y catalán. Lo primero que destaca por si solo es el papel de la violencia política en ambos procesos: pase lo que acabe pasando en Cataluña, el independentismo vasco de izquierdas tendrá que acabar por reconocer que ETA no ha servido absolutamente para nada a sus aspiraciones. Es duro constatar que cuarenta años de actividad sanguinaria y sufrimiento (propio y ajeno) han sido totalmente estériles, que al punto al que se quería llegar se podía acceder por vías mucho más inocuas y efectivas. Tengo la esperanza de que los acontecimientos de Cataluña sirvan al menos para suscitar esta reflexión en las conciencias de los líderes, pasados y presentes, de la izquierda abertzale (que se exprese ya es otro cantar).
Hay una segunda gran diferencia entre la presente oleada independentista catalana y el secesionismo vasco: la primera es, con matices por supuesto, un movimiento cívico, una corriente “de abajo a arriba” que, larvada por los factores al principio señalados, acaba por arrastrar a los partidos hasta más allá de donde tenían previsto llegar (sea CiU, sea el mismísimo PSC o incluso ERC). Por el contrario el independentismo vasco, a expensas de lo que acabe ocurriendo en los próximos años, es un movimiento fuertemente politizado y monopolizado por partidos políticos: especialmente por las formaciones y siglas que se adscriben o han adscrito a ese conglomerado que llamamos “izquierda abertzale”, pero también, y a bandazos según conveniencia electoral, por el PNV.
A riesgo de equivocarme dudo que en la Euskadi de hoy pueda producirse un clamor cívico favorable a la independencia similar al catalán (aunque dicho sea de paso, el crecimiento de éste parece haber sido sorprendentemente acelerado). En cualquier caso y como hipótesis para considerar con mayor detenimiento me atrevo a aventurar que, ante similares condiciones sociales y políticas a las que se dan en Cataluña, dos factores, entre otros, contribuyen a explicar la contención del independentismo vasco entre los mismos nacionalistas: primero, la autonomía fiscal, que nos ha salvado de la proliferación de ese sentimiento de agravio económico que con tanta fuerza ha prendido entre los catalanes, incluidos los no nacionalistas; segundo, la existencia del fenómeno terrorista, que ha alejado a una enorme proporción de población de todo signo político de unos postulados que ETA estaba dispuesta a defender con tiros en la nuca y coches bomba. Así pues, el antes conocido como MLNV puede apuntarse en su haber su contribución a apagar la mecha de un independentismo cívico. Patética paradoja, ¿no?
+Info: repercusiones de la Diada 2012 hoy en El País.

jueves, 24 de mayo de 2012

(CONTRA)GOBIERNO MUNICIPAL EN DONOSTIA


Estamos acostumbrados a que las instituciones, para lustre del partido que las gobierna, saquen de vez en cuando folletos que ensalzan los méritos de su gestión. Es también normal que, llegada la época de elecciones, los partidos de la oposición hagan lo contrario y nos buzoneen panfletos recordando lo mal que lo ha hecho quién aun gobierna. Pero lo que a uno le desconcierta es recibir en su casa un opúsculo del partido gobernante en el que se pone a parir a la oposición. Esto es justamente lo que esta semana ha hecho la por ahora etérea izquierda abertzale que sostiene al gobierno de Bildu en Donostia. El motivo es la polémica estación de autobuses de la ciudad, que ya mereció un post en este blog por parecidas razones a las que ahora vienen a cuenta. A estas alturas no sé si merece la pena seguir discutiendo las bondades y maldades técnicas de los dos emplazamientos que se barajan, Riberas de Loyola (gobierno municipal de Bildu) o Atotxa (resto de partidos de la corporación). Es casi seguro que ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes y ninguna de las dos es perfecta. Sea como fuere, salvo sorpresa de última hora, el pleno del día 30 de mayo tumbará la propuesta del gobierno municipal sencillamente porque la alternativa cuenta con el apoyo del resto de los partidos. Y estamos en éstas cuando la “base social” alza su voz para defender los intereses del pueblo, pisoteados no por el gobierno sino por la ignominiosa oposición. El mensaje que parece transmitir el folleto es que este gobierno no hace lo que debe hacerse (lo mejor para el pueblo, claro) porque el contubernio opositor se lo impide debido a intereses espurios.
Pienso que el panfleto de marras pone de manifiesto dos  asuntos que caracterizan la acción de gobierno de Bildu desde que ocupa cotas de poder de envergadura (en el Ayuntamiento donostiarra y en la Diputación Foral). El primero es su resistencia a renunciar a la estética anti-poder mientras ejerce el poder, lo que le lleva a continuar empleando la retórica de la oposición. Una agrupación con su trayectoria y su cultura política se siente mucho más cómoda oponiéndose que disponiendo y, como se dice más arriba, si algo le sale “mal” es porque los demás no le han dejado hacer lo correcto. La segunda cuestión que delata el panfleto es más peliaguda y tiene que ver con esa disciplina quasi religiosa con la que siempre se ha comportado el mundo abertzale. Bildu gobierna obedeciendo más que a un programa a una suerte de decálogo dictado desde no se sabe bien dónde y transcrito en pancartas, carteles, folletos, blogs y pasquines de variada iniciativa que se arrogan el “sentir del pueblo” con contundente autoridad. Diríase a veces que estos gobernantes están sujetos a la supervisión de un invisible comisariato político, sin cuyo visto bueno no se emprende ninguna iniciativa. Esta sumisión subrepticia, ese permanente temor a desairar a “las bases” y a su "politburó", explicaría en cierta medida la parálisis política de la que no sin razón se acusa a los gobiernos de la izquierda abertzale (y en la que hay que reconocer que también tiene su parte de culpa la crisis económica). El susodicho panfleto emerge aquí como un nuevo capítulo del catecismo mediante el que se avisa a la ciudadanía que los gobernantes de Bildu solo harán lo que quiera “su pueblo” (lo contrario no se debe hacer, y si se hace serán otros quienes lo hagan, contra la voluntad del pueblo por supuesto).
+Info: sobre el pleno que debatirá la cuestión de la estación de autobuses en el Diario Vasco. Un blog del entorno abertzale favorable a la ubicación en Riberas de Loyola. El folleto que han buzoneado.

martes, 17 de abril de 2012

AJUSTES Y RECORTES


Los ciudadanos no tenemos ni puta idea de sastrería: no comprendemos que ajustar un traje no es lo mismo que recortarlo. Como nuestras chaquetas nos quedan anchas de hombros y largas de mangas lo que hay que hacer no es “recortarlas” sino “ajustarlas”, lo que viene a consistir en poner la tela sobrante en la cintura de los pantalones para que además de llevar la chaqueta más “ajustada” nos apretemos bien el cinturón. Si es que no estamos nada puestos en corte y confección. El ministro Wert les ha comunicado  a los consejeros autonómicos de educación su nuevo modelo de sastrería contable: menos profesores, más horas lectivas por docente, más alumnos por aula, menos sustituciones… Todo para que la educación pública sea cada vez más low cost. Una de las consecuencias de esta suerte de ingeniería textil, al igual que paulatinamente ocurrirá en la sanidad, es que los usuarios con mayor poder adquisitivo irán cada vez más prescindiendo de los servicios educativos (o sanitarios) públicos para utilizar los privados. Pero en España, donde la educación privada en la práctica es educación subvencionada (a través del disparatado sistema de los colegios concertados), se va a dar la triste paradoja de que sigamos pagando con fondos públicos la docencia de los niños ricos en sus impolutos colegios-jardín mientras los hijos del vulgo se conforman con unas escuelas cada vez más infradotadas y masificadas. Hace unos años ya lo sugirieron los italianos Massimo Gardi y Edoardo Narduzzi en un premonitorio libro, El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste: el fenómeno low cost llegará a unos servicios públicos cada vez más parecidos a la antigua beneficencia reservada a los pobres. Así que mientras unos estudiarán en Zara, otros lo harán en Prada (eso sí, con ayudas del Estado, que manda huevos…).
Nota: una versión breve de este artículo se ha publicado en la sección Cartas al Director de El País
+Info: los recortes previstos en educación según El País

domingo, 15 de abril de 2012

14 DE ABRIL, DIA DE LA REPUBLICA: ELEFANTES Y BANDERAS


Este año el día de la República ha venido acompañado por dos curiosos acontecimientos que han añadido pintoresquismo a la efeméride. Por un lado, el monarca constitucional ha sido operado en el mismo día 14 de abril de las lesiones sufridas durante una cacería de elefantes en Botsuana. La primera pregunta surge por sí sola, ¿qué hacía Juan Carlos I cazando paquidermos en África un día cualquiera de Pascua? Los medios de comunicación en general han disculpado esta circunstancia (por muy rey que sea tiene derecho al disfrute de su ocio como mejor le parezca), poniendo el acento crítico en el hecho de que se desconociera el paradero del Jefe del Estado, toda vez que con cierta frecuencia la Casa Real no comunica fechas y destinos de los desplazamientos privados del monarca (Editorial de El País, 15 de abril de 2012). A mi la verdad, por muy legítimo que sea viajar por vacaciones, que ese tiempo de asueto se gaste matando elefantes en Botsuana no me parece detalle baladí, especialmente en nuestro angustioso contexto de crisis en el que semejantes aficiones nos resultan al común de los ciudadanos extravagantes y carísimos caprichos de millonario hortera al estilo Jesús Gil (¡qué poco cuesta imaginarse el orondo careto del inefable exalcalde de Marbella en lugar del rostro regio en las fotos que han circulado representando al monarca junto a un elefante abatido en pasadas y semejantes cacerías!). Así que los partidarios de la abolición de la monarquía se han encontrado con una anécdota que aporta descrédito a la institución real en fecha tan señalada como el 14 de abril.
El segundo acontecimiento no ha tenido tan amplia difusión y salvo quizás en nuestro entorno local vasco por lo general ha pasado desapercibido. Se trata de la sorprendente izada de la bandera republicana española que ha promovido Bildu en el ayuntamiento donostiarra con ocasión del 14 de abril. A mi ya me mosqueó ver ayer por ciertos locales de mi barrio (de acreditada filiación abertzale) banderas tricolores junto a huchas de recaudación por la causa de los presos etarras. La verdad es que no sé qué pensar: por un lado, como “unionista”,  me congratula constatar que quizá en el fondo nuestros actuales regidores abertzales y sus huestes no le harían ascos a una confederación con (el resto de) los españoles, siquiera bajo la férula de un gobierno republicano. Pero como esto no me lo creo no me queda sino pensar que tan pintoresca izada es simplemente un síntoma más de su descomunal cacao mental, que abraza toda suerte de causas con tal de que tengan resonancias ”contestatarias”, incluida ésta de la restauración de la República, que será española pero es antimonárquica.  Sería como para tomarlo a risa si no fuera por su contrastada eficiencia para fagocitar multitud de causas y movimientos cívicos (feminismo, ecologismo, internacionalismo, antimilitarismo y objeción de conciencia…). La causa del republicanismo supongo que se va a salvar por española, lo que en las mentes cortas de estos talibanes con genes carlistas frecuentemente equivale a decir “fatxa”. Aunque lo verdaderamente cómico de este asunto es que al final igual resulta que una corporación de Bildu tiene que responder judicialmente... ¡por ondear una bandera española!
+Info: sobre el percance del Rey en El País. Sobre la izada de la tricolor en Donostia, en El Correo.

jueves, 22 de marzo de 2012

ALGO VA MAL

Hará como un mes me llegó un folleto de la consultora laboral Asesoriza en el que se publicitaba sin el menor rubor un curso dirigido a empresarios para sacar partido de la nueva reforma laboral. También por esas fechas TVE emitió un reportaje sobre el mundo de la industria del lujo en el que se constataba que en estos tiempos de crisis, ajustes y recortes la venta de ciertos productos y servicios de alto standing crecía de forma vertiginosa. Justo entones, con algo más de un año de retraso tras su publicación, había acabado de leer “Algo va mal” de Tony Judt, último libro publicado por el historiador británico que falleció prematuramente en 2010. El texto es una acalorada defensa de lo público, de las bondades de la acción colectiva ejecutada por los Estados democráticos a favor del bien común, entendido éste como una vida mejor para el conjunto de los ciudadanos y un consecuente estrechamiento de la desigualdad social. El diagnóstico de Judt es desalentador: los progresos logrados tras la Segunda Guerra Mundial (New Deal, Estado del Bienestar, socialdemocracia europea…) se vienen desmoronando inexorablemente desde los años 80, de manera aun más acelerada en la última década al albur de la crisis financiera que justifica sin apenas contestación la reducción del gasto público. Quizás el libro peque de una visión excesivamente optimista sobre las mejoras sociales de los años 50-70 del pasado siglo, especialmente si la experiencia personal de uno toma como referencia lo que ocurría en España, donde nuestra aproximación al Estado del Bienestar empezó a construirse en los años 80, precisamente cuando en el mundo anglosajón de Judt llegaban los recortes (eras Reagan en USA y Thatcher en el Reino Unido). Pero con independencia de esta perspectiva acusadamente anglocéntrica, el libro contiene un mensaje para todos aquellos que se dediquen a hacer política en cualquier lugar del mundo: la necesidad de que, al programar la acción del Estado, prevalezcan las consideraciones morales por encima de las consideraciones basadas exclusivamente en el principio de la eficiencia económica. Solo así la acción de gobierno puede asegurar una mejora de las condiciones de vida de la gente.
Volvamos al folleto de Asesoriza y al reportaje de TVE, a la insensibilidad con la que los consultores del curso para empresarios sugieren tratar a los empleados o a la impudicia de la que hacen gala los super-ricos que no se enteran de la crisis. De manera complementaria ambos ponen de manifiesto la cada vez más acusada tendencia centrífuga de la escala social: los graves (los asalariados, las clases medias, los pobres) van para abajo mientras los agudos (los privilegiados, los ricos) van para arriba. Es difícil dilucidar cómo hemos llegado hasta aquí, hasta este punto de la pendiente por la que parece que nos vamos a seguir deslizando la mayoría, pero al pensar en las políticas de estos últimos años y en las formas en que se manifiestan quienes de ellas parecen beneficiarse (los empresarios que aplicarán las sugerencias de Asesoriza, los millonarios que gastan hoy más que ayer y menos que mañana) me viene a la mente la conclusión esencial del libro de Tony Judt: en la toma de decisiones políticas ha pesado mucho más el canon de la eficiencia económica que las condiciones de vida de las personas. La economía se ha impuesto a la ética, el tener al ser. Llegados a este punto creo que la gran consigna de la izquierda debería ser la apuesta por la recuperación del ideal moral del bien común. Pero, ¿todavía estamos dispuestos a luchar por ello? De momento, y bajando a la arena terrenal de nuestro entorno, creo que hay motivos para la huelga del 29 de marzo. Motivos morales.
+Info: sobre el libro de Tony Judt. Una explicación prolija sobre los efectos de la reforma laboral en Attac TV.