jueves, 23 de mayo de 2013

ESCRIBIR (¿UN EPÍLOGO?)


Languidece este blog, más que nada por escasez de ideas o al menos de tiempo y ganas para ponerlas por escrito (también por falta de una audiencia que de haberla serviría de acicate para el esfuerzo, pero esto importa menos). ¡Qué iluso, un blog de pensamiento  firmado por un don Nadie! No es que yo creyera que en cuestión de meses las “sardinas viejas” de esta página iban a tener decenas de entusiastas que las citaran y difundieran, ni mucho menos. Más bien estaba convencido de que estos textos, como ha ocurrido, circularían de manera casi clandestina por esta sobresaturada red en la que seguro que abundan enjundiosas ideas de las que apenas casi nadie tendrá conocimiento. Y la verdad es que, me permitiré la vanidad, cuando he releído los post he visto que algunos eran buenos, mejores que no pocos artículos con firma y rúbrica de autores conocidos y difusión garantizada en medio impreso y web de prestigio. Yo no buscaba la clandestinidad aunque tampoco he hecho mucho por evitarla, pero últimamente estoy perezoso. Y es que escribir reflexiones con un mínimo de originalidad requiere un esfuerzo considerable y además ayuda poco constatar que las ocasiones en que ese esfuerzo da lugar a un texto publicable éste apenas llega a diez o veinte personas, casi todas amigos o familiares que saben que de vez en cuando sacas cosas en La Sardina Vieja. Así que, como ni me siento capaz de producir posts con más asiduidad, ni está en mi mano propiciarles una difusión que me alentara a seguir haciéndolo, me temo que La Sardina Vieja puede entrar en hibernación. Ojalá me equivoque, pues aun con todo disfruto haciéndolo, pero no confío mucho en seguir escribiendo, al menos no de la manera casi periodística en la que hasta ahora lo he hecho. Por el momento, no sé si como epílogo, dejo una lista de libros leídos en los últimos meses que expresan, con mucha más solvencia y elegancia, ideas que me habría gustado abordar. En un ejercicio ilusorio de diálogo con su autor, cada libro aludirá a uno o dos  posts de este blog que yo le invitaría a leer.
1. Diarios (1999-2003) y Diarios(2004-2007), de Iñaki Uriarte. Durante algunos años de mi adolescencia y juventud coincidí frecuentemente con este peculiar personaje, a la sazón novio de mi vecina María, en el ascensor de mi casa de Indautxu. Pasado mucho tiempo leí una reseña de Vilá Matas glosando el primero de los volúmenes de sus diarios y lo compré con algo de curiosidad malsana. Sé que desde entonces no soy el único que ha quedado fascinado por el estilo aforístico y relajado de estos dietarios, de falsa apariencia desaliñada. A lo largo de sus páginas Uriarte desgrana ideas a veces banales y a veces sutiles sobre la vida cotidiana, alterna loas a Benidorm o a la Toscana, satiriza sobre algún político o algún intelectual y te contagia de su entusiasmo por la lectura (de Pla, de Borges, de Montaigne) y por la simplicidad como  filosofía de vida. Todo un alarde de concisión expresiva que dispara con bala contra la solemnidad y la autocomplacencia del mundillo intelectual. Declarado fumador, creo que le sugeriría la lectura de Nicotina virtual (2010). Como vasco cansado de la interminable diatriba patriótica quizás le gustara también Una boda patriótica (2012).
2. La civilización del espectáculo, de Mario Vargas Llosa. La primera reacción con este libro puede ser la de enfrentarnos a un ensayo elitista y algo arrogante; a continuación los razonamientos te van atrapando y al final tienes que ceder y reconoces que el Nobel peruano tienen  en gran medida razón: la entronización del entretenimiento como objetivo de la producción intelectual ha acabado por simplificarla. Mi generación es sin duda una “víctima” de esta banalización “antropológica” de la cultura que pone en el mismo nivel un concierto de los Rolling Stones  y una ópera de Verdi. Invitaría a su autor a leer el post Coleccionismo (2011).
3. Posteconomía: hacia un capitalismo feudal, de Antonio Baños Boncompain. Un libro espeluznante, casi más sobrecogedor que una novela de terror. Llevaba yo unas semanas dando vueltas a las similitudes entre la crisis bajomedieval y la crisis actual cuando llegué a este libro que pone por escrito, con una erudición apabullante, este sonoro argumento: nos encaminamos hacia una Nueva Edad Media, un capitalismo feudal en el que las clases volverán a ser “órdenes”, el asenso social casi imposible y las diferencias entre los (muy pocos) ricos y los (muchos) pobres se irán haciendo abismales. La principal idea de este ensayo es que no vivimos una crisis sino un cambio de era con una acentuación brutal de la diferenciación social. Una era guiada por la “posteconomía” de los nuevos financieros  en la que las viejas salvaguardias que garantizaba el estado del bienestar quedan canceladas en aras de un enriquecimiento aun mayor de la exigua élite “plutonómica” que, por encima de gobiernos y parlamentos, rige los destinos del mundo. Si este diagnóstico es certero (y me temo que al menos en parte lo es) a nuestros hijos les espera un futuro muy negro. A Baños le pediría que leyera Grecia : más pobreza, mejor rating (2012). Seguro que tiene una respuesta para la pregunta con la que termina ese breve post. También le sugeriría Algo va mal (2012), una especie de reseña del libro de Tony Judt que seguro que él también leyó.
4. En defensa del decrecimiento: capitalismo, crisis y barbarie, de Carlos Taibo. El libro anterior termina con una pequeña propuesta de respuesta a ese proceso de “feudalización del capitalismo” que se ha descrito. La resume en una postura, anticapitalismo, y la ejemplifica con una filosofía práctica, el decrecimiento. Carlos Taibo (a quién cita Baños) es uno de los impulsores de este “movimiento” en España. Su propuesta es bien sencilla: la única manera de luchar contra este sistema capitalista que acentúa las desigualdades entre clases y entre naciones y que aboca al mundo a una degradación medioambiental irreversible es el retorno a la simplicidad de vida. Menos producción, menos consumo, menos trabajo, mejor reparto de la riqueza, más tiempo de ocio, más relación social y de vecindad, más proximidad y menos globalización… Este libro (y otros de Taibo) glosa, en tono académico, razones y posibilidades de acción. Y si bien a veces peca de ingenuo y fuerza argumentos rebosa a un tiempo sentido común. Lo más difícil es que esto del decrecimiento empieza por admitir que uno mismo tendría que cambiar muchos hábitos y diversos aspectos de su estilo de vida. Para pensar. Aunque a años luz de su solvencia académica, a Taibo le pediría que leyera Política fiscal, crisis e igualdad social (2010), un post en el que se reflexiona sobre la dificultad para implantar en España políticas redistributivas.
5. Ayer no más, de Andrés Trapiello. Muy distinto de los anteriores, este libro es la única novela en este top five. Trapiello ha escrito un libro contra el maniqueísmo que tanto ha proliferado en el tratamiento de la Guerra Civil, poniendo la llaga en un asunto complicado: durante el Franquismo ese maniqueísmo eludió abordar la verdadera responsabilidad del conflicto y la barbarie de los vencedores, pero hoy no debemos caer en una postura similar que nos lleve a exonerar ciertas culpas, que también las hubo, en el bando perdedor. Al hilo de una utilización maniquea de las víctimas del Franquismo se puede acabar construyendo un nuevo “relato oficial” tan mistificado como el que padecimos durante los 40 años del “Régimen”. Aunque no hay escritos aquí sobre esta cuestión, le pediría a Trapiello que leyera dos post sobre la fiesta del 12 de octubre que abordan la apropiación partidista de elementos simbólicos: Abucheos patrióticos (2010) y Un 12 de octubre “popular” (2012).

miércoles, 6 de marzo de 2013

LA CONCHA EN CALMA


En mi ciudad gusta mucho el mar embravecido, el Cantábrico furioso que arremete con olas de diez metros sobre el Paseo Nuevo. Las pocas tiendas de fotografía que quedan exhiben en sus escaparates, sin excepción, imágenes de alguna de esas frecuentes y portentosas embestidas marinas que salpican la costa y a veces hasta se llevan muros o carreteras por delante. Esta mañana por el contrario el mar parecía un lago, sin más arrugas que la levísima ondulación que producía una suave brisa. Todo quietud, todo calma, una lámina impoluta con aspecto de sábana recién planchada sobre la cual el más mínimo chapoteo dejaría sus ondas como evidencia. Me gusta ese mar tranquilo que invita a nadar con el único rumor de tus brazadas. Me gusta en todas partes pero especialmente aquí, quizás por infrecuente. Cierto que el más usual Cantábrico salvaje es hermoso, que es difícil no disfrutar del placer (algo culpable) de contemplar grandes olas desde el malecón del Kursaal o desde las barandillas del Paseo Nuevo (eso cuando la furia del mar no obliga a cerrarlo). Digo que es un placer “algo culpable” porque esa furia a veces conlleva desastres y es por tanto una belleza malsana. No sé si es por eso, o simplemente por su rareza, por lo que me gustan aun más los mares mansos. Pero de estos apenas hay fotos en los escaparates de mi ciudad. Por ello me voy a dejar caer en la tentación de una metáfora fácil, de una analogía simbólica simple y bobalicona: ese gusto por el mar bravío y violento es un reflejo fiel del espíritu atormentado de los vascos, más propensos a la tragedia de lo que parece a primera vista, más proclives a la bruma de ánimo y al salpicón de mar (también al de marisco, claro), que a la languidez mediterránea con su mansedumbre indolente. ¿Tendremos pues el paisaje que nos merecemos?

miércoles, 13 de febrero de 2013

LA PATATA DE NAGEL


El Ayuntamiento de Amorebieta podrá finalmente ubicar donde le plazca la enorme patata de bronce que en 2002 encargó al escultor Andrés Nagel. El contencioso entre el autor de la obra y el consistorio vasco se remonta a varios años atrás, cuando se planteó una remodelación urbanística que implicaba cambiar la escultura de sitio, y ha dado lugar a varias sentencias judiciales en un tira y afloja en el que se dirime la prevalencia del derecho moral del autor sobre la voluntad del actual propietario de su obra. Recuerda este caso al litigio que mantuvieron el arquitecto Santiago Calatrava y el Ayuntamiento de Bilbao, en torno a los cambios que se efectuaron en un puente sobre la ría del que aquél era autor. El asunto terminó con una indemnización de 30.000 euros pagada por las arcas bilbaínas para resarcir al arquitecto de los daños morales derivados de la modificación imprimida a su obra original. Peliaguda cuestión esta de los derechos morales de los autores de obras (de arte) y su legitimidad para condicionar el uso que se les dé una vez vendidas y abonadas. ¿Debe ser obligatorio preservarlas intactas si no le conviene así al propietario que ha pagado por ellas? La cuestión suele salir a la palestra, como en los dos casos señalados, cuando se trata de obras públicas en las que junto al artista la otra parte implicada es una institución (generalmente un ayuntamiento). A priori cabe entender que la administración vela por el interés público y el bien común, lo que parece que debería estar por encima del derecho moral del autor sobre su obra. Pero hay veces en que, viendo cómo actúa la administración, bien desearía uno que se le diera al autor o a sus herederos la oportunidad de obligar a que su obra sea respetada (los ejemplos de edificios valiosos demolidos sin contemplaciones son innumerables en las ciudades españolas, tan poco apegadas a su patrimonio, y en Bilbao sin ir más lejos tenemos bien reciente el caso del RAG). Viendo las cosas desde la óptica opuesta uno también puede preguntarse con qué legitimidad reclaman a veces los autores respeto para obras “de arte” que no son sino inmundos adefesios o incómodos y poco funcionales  equipamientos, como las zonas de espera del estiloso aeropuerto de Bilbao que diseñó también el ubicuo Calatrava. En fin, que no es una cuestión simple. En principio, al menos cuando se trata de obras públicas, parece evidente que debe prevalecer el bien común sobre el derecho moral del creador a vetar el modo de uso de su obra. Pero como no siempre las instituciones públicas actúan movidas por el bien común resolver el dilema no es fácil, y la cosa se complica cuando cualquier chiquilicuatre aspira a la posteridad exigiendo respeto estético para su engendro extravagante, lo que puede derivar en un absurdo choque de sinrazones. Como el mundo no es perfecto algunos jueces seguirán dando la razón a pequeños artistas endiosados insignificantes mientras nadie impide que el ínclito Luis Cobos continúe "versioneando" la obra de Mozart y otros clásicos.
+Info: sobre el litigio Nagel-Amorebieta en El Diario Vasco

viernes, 21 de diciembre de 2012

GRECIA: MÁS POBREZA, MEJOR RATING

A primera vista parece una buena noticia: Standard & Poor´s sube seis escalones la calificación de la deuda griega. Es decir, el prestigio crediticio del país aunque permanece en entredicho recupera algo de credibilidad. Sin embargo la actuación de la agencia de calificación de riesgos es capciosa: resulta que Grecia mejora su nota a medida que su población se depaupera y que su gobierno usa la tijera con saña creciente. La imagen de la agencia EFE de un indigente durmiendo en la calle que acompaña a esta noticia en algunos periódicos ilustra de manera fehaciente el modelo social al que estamos abocados. No sé si los griegos deberían alegrarse por la recalificación de su deuda, lo que si sé es que las mismas agencias que con sus maniobras han contribuido a alentar la bancarrota de ciertos países demuestran con esta actuación que están dispuestas a premiar las políticas de recortes: sé bueno y te adelanto en el alfabeto del rating. ¿Quién gobierna hoy el mundo? ¿Qué tipo de sociedad propugnan los amos anónimos del nuevo universo? Da que pensar.
Nota: este artículo se ha publicado en la sección Cartas al Director de El País
+Info: la noticia en El Correo

lunes, 12 de noviembre de 2012

PANFLETO A FAVOR DE LA HUELGA DEL 14-N


Muchas veces son pequeños detalles los que precipitan nuestra toma de decisiones de forma que ante un cúmulo de factores acabamos pronunciándonos en uno u otro sentido por obra y gracia de una razón en apariencia nimia que actúa como resorte final. Ante la convocatoria de huelga general del próximo miércoles 14 de noviembre siguen valiendo los mismos motivos para la movilización social que ya existían en la anterior convocatoria de marzo y que pueden resumirse en el paulatino y cada vez más indisimulado acoso al Estado de bienestar social que viene aplicando este gobierno (y que ya puso en marcha el anterior). ¿Es esto motivo suficiente para una huelga general? Sin duda lo es, para una huelga y posiblemente para mucho más. Pero a cualquier ciudadano tranquilo le surgen preguntas como, ¿pero realmente servirá para algo?, o ¿no sería mejor arrimar el hombro y aguantar un poco más en vez de poner las cosas más difíciles al país dejando de trabajar?, o ¿a ver si la huelga es incluso contraproducente por la imagen de España que se transmite al exterior?  Este y otros argumentos son los que con mayor o menor poder de convicción transmiten gobierno y empresarios como réplica a la convocatoria sindical. Así que por si alguien piensa que estos razonamientos pueden contrarrestar sus motivos para hacer huelga aquí van, a modo de sugerencia, algunas pequeñas píldoras detonantes, unos pocos resortes nimios que quizás decanten una conciencia indecisa.
Uno. El pasado sábado una mujer se tiró al vacío en Barakaldo en el mismo momento en que la comitiva judicial iba a entrar en su casa para proceder a un desahucio. Cabe recordar que desde el comienzo de esta crisis el Estado no ha cesado de prestar ayudas a esos mismos bancos que ejecutan hipotecas sin piedad y (esto es aun más paradójico) le venden al propio Estado el dinero a precio de usura. Es el segundo suicidio por parecidas causas en pocas semanas.
Dos. Esperanza Aguirre piensa que la convocatoria de este miércoles es ilegal y debería estar prohibida porque es una huelga política y como tal queda excluida de las previsiones que la legislación preconstitucional contempla para la regulación del derecho a la huelga. No es competencia de los sindicatos, puntualiza, influir en la política económica y social del gobierno democráticamente elegido, cuya obligación es responder ante los ciudadanos de los compromisos adquiridos “en forma de programa electoral”. Claro que ésta es una huelga política, todas las huelgas generales lo son, y claro que se pretende influir en las decisiones del gobierno. Pero creo que la legitimidad de la misma queda fuera de toda duda por muchas pajas mentales que la presidenta madrileña quiera hacerse sobre su presunta ilegalidad. Sin embargo lo que sí cabe cuestionar es la legitimidad de este gobierno para llevar a puerto una política económica y social que se parece bien poco a la que propugnaba el programa con el que ganó las elecciones. El pensamiento de Esperanza Aguirre pone la guinda a la política de regresión social que practica el PP, sugiriendo pautas para la mutilación de derechos políticos, un paso más en ese oscuro camino que nos puede llevar de una imperfecta democracia social a una perfecta oligocracia demagógica. En ello parece a veces que estamos inmersos.
Tres. Quizás dentro de unas semanas esto solo sea una anécdota, pues en el momento en que tendrá lugar la huelga aun no sabremos cómo van a actualizarse las pensiones para 2013. Pero la propuesta que lanzó el gobierno hace un mes podría constituir un motivo más: dado que la subida del IVA ha provocado un incremento de precios superior al previsto algún figura del entorno económico gubernamental se sacó de la manga el concepto de “IPC a impuestos constantes” con la finalidad de aplicarlo a la actualización de las pensiones. Es decir, que para calcular el incremento de las mismas se obvia el alza de precios real producido tras el incremento del IVA y se considera un ficticio IPC exento de la subida impositiva. Auténtica ingeniería fiscal que suena además a cachondeo a la cara de los millones de pensionistas que ya tiemblan por el pago de recetas.
Cuatro. Termino, como no, con nuestro siempre singular País Vasco. Aquí una vez más el eje patriótico vuelve a dividirnos y consecuentemente restar fuerza a la movilización social, toda vez que los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, STEE y algún otro) se han excluido de esta convocatoria del 14-N. Es verdad que, de una manera a mi juicio discutible y precipitada dadas las expectativas de una próxima convocatoria europea, estos sindicatos  convocaron una huelga el pasado 26 de septiembre. Pero no ha sido la proximidad de esa movilización previa el motivo esgrimido para no participar en una convocatoria que además de europea tiene el estigma de ser “española”. Un pecado capital que a la mayoría de los que consideramos que hay motivos para la protesta nos importa un pimiento, pero que debe de pesar mucho en los comisariatos políticos de estos sindicatos más atentos con frecuencia a las cuestiones político-patrióticas que socio-laborales. Ojala el miércoles haya un buen número de trabajadores dispuestos a renegar de la disciplina sindical y participar en una movilización por motivos que nos atañen a todos, independientemente de cuál sea nuestra postura ante la “cuestión nacional” vasca.
+Info: el siempre certero Vicenç Navarro ofrece en Público un buen puñado de razones para esta huelga.

miércoles, 31 de octubre de 2012

UNA BODA PATRIÓTICA


La noticia de la semana en nuestra ciudad tiene tintes tragicómicos: en el transcurso de una celebración de boda que estaba teniendo lugar en el muy selecto y tradicional Hotel de Londres donostiarra, los invitados se enzarzaron en una pelea multitudinaria que acabó con la intervención de la Ertzaintza y al menos dos personas detenidas. Las circunstancias de la tangana no están del todo claras pero parece que hay al menos tres ingredientes que, según las crónicas, la provocan en menor o mayor medida: una canción de Benito Lertxundi, la profusión alterna y contrapuesta de sucesivos goras a ETA y vivas a España y la presencia de un grupo de invitados vallisoletanos. Según las últimas informaciones éstos se retiraron discretamente a sus aposentos antes de que estallara la pelea con lo cual la inicial sospecha de que pudiera tratarse de un enfrentamiento de vascos contra españoles (singular remedo de nuestra “lucha de liberación nacional”) parece desvanecerse. La trifulca da pie en cualquier caso a una serie de reflexiones. Para empezar demuestra que la profesión de fe revolucionaria y abertzale no está reñida con una más que desahogada posición económica que se permite celebraciones en uno de los templos del lujo y el buen estatus familiar de nuestra ciudad (habremos de pensar que la mayoría de los invitados, amigos y familiares, pertenecen al mismo segmento social que los novios, como suele ocurrir en casi todas las bodas). Esto del poderío económico de una importante porción de la base social de la izquierda abertzale es tema que dejaremos para otra ocasión, pero me ha resultado divertido imaginarlos vociferando con corbata los goras a ETA en un contexto tan selecto y elegante (al facherío local ya le teníamos descontada esa posición muelle).
Otra curiosidad es la accidental presencia de Benito Lertxundi. Pero, por Dios, ¡a quién se le ocurre poner una canción de Benito en una boda! Es como ambientar un velatorio con Georgie Dann, pongamos. Dicen los periódicos que todo empezó cuando el novio le pidió al disc jockey que quitara una canción del cantautor vasco que previamente había solicitado la novia, lo que debió de parecerle una provocación al sector abertzale de la concurrencia. Más allá de los acuerdos musicales que hubieran estipulado los novios en sus capitulaciones matrimoniales, entiendo que la verdadera provocación está en la tentativa de reventar un baile con las amodorrantes melodías del bueno de Benito, muy adecuadas para ambientar una reunión nocturna de ñeque-ñeque en un brumoso refugio montañero, pero francamente inservibles para darle vidilla a cualquier bailongo post-nupcial. Bueno, ¿y lo de los vivas a España y los goras a ETA? ¿A quién se le ocurre? En las bodas normalmente se les vitorea a los novios, pero los vivas a las patrias y sus próceres parecen cosa, como mucho, de bodas de Estado (y ésta en cualquier caso sería una boda “en estado”, pormenor que ignoramos, claro).
En fin, prósperos revolucionarios abertzales los unos, acomodados españolistas de buena familia los otros, supongo que tendiendo todos a borrachos, por un quítame allí esta canción se lían a tortas al grito de viva España o gora ETA. Lo cual, insisto una vez más, vuelve a demostrar lo malo que es el nacionalismo para la salud mental de las personas, especialmente si lo mezclamos con el alcohol y la familia. Pobres novios.
+Info: crónica del DiarioVasco

jueves, 25 de octubre de 2012

ELECCIONES VASCAS DEL 21-O: TRES NOTICIAS “MALAS”, UNA “BUENA” Y UNA CONCLUSIÓN


Ahora que han pasado unos días de las elecciones y ya hemos leído y escuchado variadas reacciones, valoraciones y análisis sobre los resultados de las mismas nos toca expresar nuestras reflexiones, ponderadas por un relativo conocimiento prospectivo sobre lo que puede esperarse de la próxima legislatura. Que lo que venga sea malo o bueno depende lógicamente de cada cual, así que yo solo puedo decir lo que para mi promete venturas y lo que anticipa desventuras desde mi óptica particular. Pienso, de una manera muy sucinta y resumida, que la jornada electoral ha deparado tres malas noticias y una buena.
1. Abrumadora mayoría nacionalista. Esto, como imaginará cualquiera que me conozca o lea este blog de cuando en cuando, de entrada es malo. No porque las distintas familias nacionalistas ostenten conjuntamente la mayoría en la cámara, algo relativamente normal, sino porque esta vez esa mayoría es acusadamente desproporcionada, tanto como no lo era desde los años 80. Si bien es cierto que la suma de votos de las formaciones no nacionalistas viene a representar un 42 % frente a un 58 %, su reflejo en escaños acentúa la diferencia hasta un 36/64 % a favor de los partidos nacionalistas, lo que facilita esa impresión de que 2 de cada 3 vascos ya son abertzales. Sea cierto o no, pienso que en cualquier caso esa mayoría nacionalista no es necesariamente secesionista y dudo que el PNV, pese a la presión de EH-Bildu, llegue a embarcarse en una aventura semejante a la de CiU. A diferencia del caso catalán y como ya se ha expresado en este blog, el soberanismo vasco no ha adquirido aun la naturaleza de movimiento cívico, una condición previa para desencadenar tempestades políticas similares a la que Mas parece dispuesto a provocar en Cataluña.
2. Desplome de la izquierda no nacionalista. Otra mala noticia. Ya no es únicamente el PSE, algo que ya se esperaba y que reproduce lo que parece que sigue ocurriendo en el resto de España (véase lo que ha pasado en Galicia, y pronto veremos lo que ocurra en Cataluña). Es que además las dos familias de IU se han ido al garete, dejando sin representación a ese sector que alguien denominó “el quinto espacio” y que con matices han venido personificando Euskadiko Ezkerra (nacionalista descafeinado), Ezker Batua y hasta en cierta medida el Aralar de Ezenarro (estos con muchos matices, claro). Por primera vez en mucho tiempo los votos de izquierda son mayoritariamente nacionalistas, algo que puede perjudicar el impulso de políticas progresistas si EH-Bildu opta por explorar estrategias y alianzas que antepongan sus aspiraciones nacionales a su supuesta alma socialista.
3. Éxito electoral de EH-Bildu. Por muy anunciada que fuera, tercera mala noticia. Es verdad que, sobre todo en Gipuzkoa donde gobierna, la izquierda abertzale ha acusado un cierto desgaste, como sus propios dirigentes han reconocido. Pero de nuevo el aluvión de votos cosechado hiere la sensibilidad moral de todos aquellos que no comprendemos cómo una agrupación que hace tan poco aplaudía la barbarie etarra hoy se erija en la segunda formación política del país amenazando incluso con superar al PNV. Sin duda esta sociedad tiene, como señalaba el líder de UPyD Gorka Maneiro, “un problema ético de primera magnitud”.
4. Mayoría de las formaciones de izquierda. Parece que es la única buena noticia que ya anticipaban las encuestas y que los resultados han sancionado. PP y PNV suman 37 escaños, los mismos que PSE y EH-Bildu, así que las claves estarán en cuáles sean las prioridades políticas de EH-Bildu y en la posición que adopte el único parlamentario de UPyD. Este partido arrastra en el País Vasco una curiosa imputación de “fatxa”, seguramente a causa de ese absurdo reduccionismo nacionalista que identifica con tal epíteto a todo aquel que se oponga con energía a los postulados abertzales (hasta el PSOE ha sido “fatxa” en el imaginario colectivo de parte de los vascos, nunca el PNV curiosamente). Sin embargo y a tenor de las declaraciones del mismo Gorka Maneiro, UPyD está dispuesto a hacer causa común con PSE y EH-Bildu en cuestiones como la lucha contra el fraude fiscal o la oposición a los recortes en políticas sociales. Quizás por este lado vengan las mejores consecuencias del nuevo mapa electoral, con una alianza parlamentaria de izquierdas y con una saludable participación política constructiva de aquellos que hasta hace poco se limitaban a jalear consignas incendiarias al  alimón con ETA.
Conclusión. Los gobiernos de coalición PNV-PSE-EE de la época de Ardanza fueron buenos cuando el terrorismo arremetía contra todo y todos. Además los socialistas matizaron el espíritu conservador y nacionalista del PNV, de manera que entonces, con el concurso de la autonomía fiscal, se sentaron las bases de una país con unos servicios públicos decentes (la sanidad adquirió un justificado prestigio, la red educativa pública se consolidó, el bilingüismo avanzó sin provocar grandes traumas, el sistema político concitaba un consenso del que solo se excluía la izquierda abertzale). Este entramado empezó a tambalearse con Ibarretxe y Patxi López no supo enderezarlo, con el agravante de la crisis económica poniendo las cosas más difíciles. Hoy ninguno de los dos protagonistas (PNV y PSE) parece que esté por la labor de repetir aquel matrimonio, aunque para muchos vascos siga siendo la opción de gobierno más deseable. Pero una vez descartada quizás lo mejor sea que el PNV gobierne en solitario con una oposición que, esperemos, sepa hacer frente a eventuales ataques a ese modelo de Estado social que el propio PNV contribuyó a levantar. Para ello va a ser clave la política fiscal y ahí es donde EH-Bildu, que no lo olvidemos controla la hacienda guipuzcoana, deberá decidir si de verdad empieza a hacer política a favor de los ciudadanos o continúa especulando con un hipotético futuro de liberación nacional para el cual necesitará la complicidad del PNV. Así que, descartada la posibilidad de gobiernos de izquierdas no nacionalistas o mixtos (algo que de hecho no ha llegado a ser el ejecutivo de Patxi López) habrá que ir acostumbrándose a que lo menos malo es la colaboración con una "nueva izquierda abertzale constructiva" con la que habrá que hacer de tripas corazón para obviar un miserable pasado aun muy reciente. Si hasta UPyD está por la labor...
+Info: los resultados electorales en la Web de EITB

viernes, 12 de octubre de 2012

UN 12 DE OCTUBRE "POPULAR"


Hace dos años publiqué en este blog un comentario (que, contra lo acostumbrado, suscitó modesta “controversia”) sobre los abucheos que recibió Zapatero en la fiesta del 12-O de 2010. El propósito venía a ser resaltar que la “transición política” post-franquista seguiría siendo algo incompleto mientras la derecha sociológica continuara teniendo al ejército español como algo propio, lo que quedaba puesto de manifiesto al aprovecharse una parada militar como pretexto para escenificar la protesta contra un gobierno de izquierdas. Desde luego aquel gobierno no estaba exento de culpa en una situación que comenzaba a ser de manifiesta crisis económica, pero el cariz de la protesta me hacía pensar que el principal motivo de los abucheos no era tanto la crisis en si misma como la “ominosa” presencia de un gobierno socialista en el contexto de un desfile militar. Hoy ha tenido lugar una nueva parada, la primera desde 2003 con el PP en el poder, con un gobierno de derechas. Y, ¿qué ha ocurrido? Pues que pese a que la crisis es para la mayoría de la población aun más insoportable y aguda que entonces, pese a que en un año el nuevo gobierno no ha sabido enderezar la situación (más bien al contrario), el público del desfile no ha manifestado ningún tipo de protesta durante el transcurso del mismo. Todo lo cual creo que corrobora lo que yo pensaba hace dos años: que esa derecha social que tanto censuró en las calles al gobierno socialista sigue teniendo al ejército como un totem exclusivo de su clan. Entonces asoció la adhesión a “su ejército” con un rechazo al gobierno. Ahora es “su gobierno” quién manda y, pese a que las circunstancias económicas sean aun más dramáticas, no hay motivo para la censura. La adhesión es de consuno, al ejecutivo y a las fuerzas armadas. No es que yo simpatice con ejércitos de ninguna clase, ni con los de “derechas” ni con los de “izquierdas”. Pero precisamente por eso creo que es bueno que puestos a tener que pagar unas fuerzas armadas éstas queden absolutamente desligadas de cualquier color político partidista, algo que los que vociferaban hace unos años y ahora se callan no parecen dispuestos a asumir. Dicho lo anterior, sigo preguntándome por qué demonios se celebra con tanques y caza-bombarderos que Colón descubriera América un 12 de octubre.
+Info: detalles del acto institucional en Europa Press

jueves, 13 de septiembre de 2012

SEPARATISMOS CÍVICOS, SEPARATISMOS POLÍTICOS (CATALUÑA VERSUS EUSKADI)


Parece que, tras treinta años de estado autonómico, la sutura que une a las nacionalidades periféricas con el Estado Español corre serio riesgo de romperse por donde con menor violencia se había producido la herida. Quién diría hace un par de décadas que el gran órdago al poder central iba a venir no de la desangrada Euskadi, donde una organización luchaba por la independencia con denuedo, bombas y metralletas, sino desde la pacífica y sibilina Cataluña, que había auspiciado en plenos años 80 un proyecto de Estado a escala española con motor catalán: recordemos que en la conocida como “Operación Roca” el político convergente Miquel Roca fue candidato a la presidencia del gobierno desde las filas del Partido Reformista Democrático, una formación hermana de CiU promovida por el poder económico español.
La nueva ola de independentismo catalán es un fenómeno complejo en el que intervienen factores muy diversos, sociales, políticos y económicos, de los que se ha escrito y hablado prolijamente durante estos últimos días. En relación con los primeros, los factores sociales, me gusta la idea que ha destacado Josep Ramoneda sobre el cambio generacional: buena parte de la actual población catalana ha crecido en un ambiente cultural y político abiertamente proclive a la concepción de Cataluña como una nación. Las razones de índole política tienen un origen tan remoto como la concepción del estado autonómico que consagra un encaje marcadamente uniforme en el Estado para todas las comunidades autónomas (pese al fracaso de la LOAPAde 1982) y encuentran su epílogo en la sentencia del Tribunal Constitucional (junio de 2010) contra el Estatut de 2006. Pero la guinda la ponen las motivaciones económicas, precipitadas en un contexto de crisis que ha contribuido a asentar como “verdad social indiscutida en Cataluña” (Ramoneda dixit) el perjuicio económico de permanecer en España.
Si bien la manifestación del pasado 11 de septiembre vino alentada por el gobierno de la Generalitat, algo que han destacado muchos comentaristas es que el movimiento ha desbordado las expectativas de los políticos que la apoyaron. Literalmente, dicen algunos, el asunto se le está yendo a CiU de las manos. Esta consideración sirve para, desde una perspectiva vasca, hilar algunas reflexiones sobre las similitudes y diferencias entre los secesionismos vasco y catalán. Lo primero que destaca por si solo es el papel de la violencia política en ambos procesos: pase lo que acabe pasando en Cataluña, el independentismo vasco de izquierdas tendrá que acabar por reconocer que ETA no ha servido absolutamente para nada a sus aspiraciones. Es duro constatar que cuarenta años de actividad sanguinaria y sufrimiento (propio y ajeno) han sido totalmente estériles, que al punto al que se quería llegar se podía acceder por vías mucho más inocuas y efectivas. Tengo la esperanza de que los acontecimientos de Cataluña sirvan al menos para suscitar esta reflexión en las conciencias de los líderes, pasados y presentes, de la izquierda abertzale (que se exprese ya es otro cantar).
Hay una segunda gran diferencia entre la presente oleada independentista catalana y el secesionismo vasco: la primera es, con matices por supuesto, un movimiento cívico, una corriente “de abajo a arriba” que, larvada por los factores al principio señalados, acaba por arrastrar a los partidos hasta más allá de donde tenían previsto llegar (sea CiU, sea el mismísimo PSC o incluso ERC). Por el contrario el independentismo vasco, a expensas de lo que acabe ocurriendo en los próximos años, es un movimiento fuertemente politizado y monopolizado por partidos políticos: especialmente por las formaciones y siglas que se adscriben o han adscrito a ese conglomerado que llamamos “izquierda abertzale”, pero también, y a bandazos según conveniencia electoral, por el PNV.
A riesgo de equivocarme dudo que en la Euskadi de hoy pueda producirse un clamor cívico favorable a la independencia similar al catalán (aunque dicho sea de paso, el crecimiento de éste parece haber sido sorprendentemente acelerado). En cualquier caso y como hipótesis para considerar con mayor detenimiento me atrevo a aventurar que, ante similares condiciones sociales y políticas a las que se dan en Cataluña, dos factores, entre otros, contribuyen a explicar la contención del independentismo vasco entre los mismos nacionalistas: primero, la autonomía fiscal, que nos ha salvado de la proliferación de ese sentimiento de agravio económico que con tanta fuerza ha prendido entre los catalanes, incluidos los no nacionalistas; segundo, la existencia del fenómeno terrorista, que ha alejado a una enorme proporción de población de todo signo político de unos postulados que ETA estaba dispuesta a defender con tiros en la nuca y coches bomba. Así pues, el antes conocido como MLNV puede apuntarse en su haber su contribución a apagar la mecha de un independentismo cívico. Patética paradoja, ¿no?
+Info: repercusiones de la Diada 2012 hoy en El País.

jueves, 24 de mayo de 2012

(CONTRA)GOBIERNO MUNICIPAL EN DONOSTIA


Estamos acostumbrados a que las instituciones, para lustre del partido que las gobierna, saquen de vez en cuando folletos que ensalzan los méritos de su gestión. Es también normal que, llegada la época de elecciones, los partidos de la oposición hagan lo contrario y nos buzoneen panfletos recordando lo mal que lo ha hecho quién aun gobierna. Pero lo que a uno le desconcierta es recibir en su casa un opúsculo del partido gobernante en el que se pone a parir a la oposición. Esto es justamente lo que esta semana ha hecho la por ahora etérea izquierda abertzale que sostiene al gobierno de Bildu en Donostia. El motivo es la polémica estación de autobuses de la ciudad, que ya mereció un post en este blog por parecidas razones a las que ahora vienen a cuenta. A estas alturas no sé si merece la pena seguir discutiendo las bondades y maldades técnicas de los dos emplazamientos que se barajan, Riberas de Loyola (gobierno municipal de Bildu) o Atotxa (resto de partidos de la corporación). Es casi seguro que ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes y ninguna de las dos es perfecta. Sea como fuere, salvo sorpresa de última hora, el pleno del día 30 de mayo tumbará la propuesta del gobierno municipal sencillamente porque la alternativa cuenta con el apoyo del resto de los partidos. Y estamos en éstas cuando la “base social” alza su voz para defender los intereses del pueblo, pisoteados no por el gobierno sino por la ignominiosa oposición. El mensaje que parece transmitir el folleto es que este gobierno no hace lo que debe hacerse (lo mejor para el pueblo, claro) porque el contubernio opositor se lo impide debido a intereses espurios.
Pienso que el panfleto de marras pone de manifiesto dos  asuntos que caracterizan la acción de gobierno de Bildu desde que ocupa cotas de poder de envergadura (en el Ayuntamiento donostiarra y en la Diputación Foral). El primero es su resistencia a renunciar a la estética anti-poder mientras ejerce el poder, lo que le lleva a continuar empleando la retórica de la oposición. Una agrupación con su trayectoria y su cultura política se siente mucho más cómoda oponiéndose que disponiendo y, como se dice más arriba, si algo le sale “mal” es porque los demás no le han dejado hacer lo correcto. La segunda cuestión que delata el panfleto es más peliaguda y tiene que ver con esa disciplina quasi religiosa con la que siempre se ha comportado el mundo abertzale. Bildu gobierna obedeciendo más que a un programa a una suerte de decálogo dictado desde no se sabe bien dónde y transcrito en pancartas, carteles, folletos, blogs y pasquines de variada iniciativa que se arrogan el “sentir del pueblo” con contundente autoridad. Diríase a veces que estos gobernantes están sujetos a la supervisión de un invisible comisariato político, sin cuyo visto bueno no se emprende ninguna iniciativa. Esta sumisión subrepticia, ese permanente temor a desairar a “las bases” y a su "politburó", explicaría en cierta medida la parálisis política de la que no sin razón se acusa a los gobiernos de la izquierda abertzale (y en la que hay que reconocer que también tiene su parte de culpa la crisis económica). El susodicho panfleto emerge aquí como un nuevo capítulo del catecismo mediante el que se avisa a la ciudadanía que los gobernantes de Bildu solo harán lo que quiera “su pueblo” (lo contrario no se debe hacer, y si se hace serán otros quienes lo hagan, contra la voluntad del pueblo por supuesto).
+Info: sobre el pleno que debatirá la cuestión de la estación de autobuses en el Diario Vasco. Un blog del entorno abertzale favorable a la ubicación en Riberas de Loyola. El folleto que han buzoneado.