lunes, 12 de noviembre de 2012

PANFLETO A FAVOR DE LA HUELGA DEL 14-N


Muchas veces son pequeños detalles los que precipitan nuestra toma de decisiones de forma que ante un cúmulo de factores acabamos pronunciándonos en uno u otro sentido por obra y gracia de una razón en apariencia nimia que actúa como resorte final. Ante la convocatoria de huelga general del próximo miércoles 14 de noviembre siguen valiendo los mismos motivos para la movilización social que ya existían en la anterior convocatoria de marzo y que pueden resumirse en el paulatino y cada vez más indisimulado acoso al Estado de bienestar social que viene aplicando este gobierno (y que ya puso en marcha el anterior). ¿Es esto motivo suficiente para una huelga general? Sin duda lo es, para una huelga y posiblemente para mucho más. Pero a cualquier ciudadano tranquilo le surgen preguntas como, ¿pero realmente servirá para algo?, o ¿no sería mejor arrimar el hombro y aguantar un poco más en vez de poner las cosas más difíciles al país dejando de trabajar?, o ¿a ver si la huelga es incluso contraproducente por la imagen de España que se transmite al exterior?  Este y otros argumentos son los que con mayor o menor poder de convicción transmiten gobierno y empresarios como réplica a la convocatoria sindical. Así que por si alguien piensa que estos razonamientos pueden contrarrestar sus motivos para hacer huelga aquí van, a modo de sugerencia, algunas pequeñas píldoras detonantes, unos pocos resortes nimios que quizás decanten una conciencia indecisa.
Uno. El pasado sábado una mujer se tiró al vacío en Barakaldo en el mismo momento en que la comitiva judicial iba a entrar en su casa para proceder a un desahucio. Cabe recordar que desde el comienzo de esta crisis el Estado no ha cesado de prestar ayudas a esos mismos bancos que ejecutan hipotecas sin piedad y (esto es aun más paradójico) le venden al propio Estado el dinero a precio de usura. Es el segundo suicidio por parecidas causas en pocas semanas.
Dos. Esperanza Aguirre piensa que la convocatoria de este miércoles es ilegal y debería estar prohibida porque es una huelga política y como tal queda excluida de las previsiones que la legislación preconstitucional contempla para la regulación del derecho a la huelga. No es competencia de los sindicatos, puntualiza, influir en la política económica y social del gobierno democráticamente elegido, cuya obligación es responder ante los ciudadanos de los compromisos adquiridos “en forma de programa electoral”. Claro que ésta es una huelga política, todas las huelgas generales lo son, y claro que se pretende influir en las decisiones del gobierno. Pero creo que la legitimidad de la misma queda fuera de toda duda por muchas pajas mentales que la presidenta madrileña quiera hacerse sobre su presunta ilegalidad. Sin embargo lo que sí cabe cuestionar es la legitimidad de este gobierno para llevar a puerto una política económica y social que se parece bien poco a la que propugnaba el programa con el que ganó las elecciones. El pensamiento de Esperanza Aguirre pone la guinda a la política de regresión social que practica el PP, sugiriendo pautas para la mutilación de derechos políticos, un paso más en ese oscuro camino que nos puede llevar de una imperfecta democracia social a una perfecta oligocracia demagógica. En ello parece a veces que estamos inmersos.
Tres. Quizás dentro de unas semanas esto solo sea una anécdota, pues en el momento en que tendrá lugar la huelga aun no sabremos cómo van a actualizarse las pensiones para 2013. Pero la propuesta que lanzó el gobierno hace un mes podría constituir un motivo más: dado que la subida del IVA ha provocado un incremento de precios superior al previsto algún figura del entorno económico gubernamental se sacó de la manga el concepto de “IPC a impuestos constantes” con la finalidad de aplicarlo a la actualización de las pensiones. Es decir, que para calcular el incremento de las mismas se obvia el alza de precios real producido tras el incremento del IVA y se considera un ficticio IPC exento de la subida impositiva. Auténtica ingeniería fiscal que suena además a cachondeo a la cara de los millones de pensionistas que ya tiemblan por el pago de recetas.
Cuatro. Termino, como no, con nuestro siempre singular País Vasco. Aquí una vez más el eje patriótico vuelve a dividirnos y consecuentemente restar fuerza a la movilización social, toda vez que los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, STEE y algún otro) se han excluido de esta convocatoria del 14-N. Es verdad que, de una manera a mi juicio discutible y precipitada dadas las expectativas de una próxima convocatoria europea, estos sindicatos  convocaron una huelga el pasado 26 de septiembre. Pero no ha sido la proximidad de esa movilización previa el motivo esgrimido para no participar en una convocatoria que además de europea tiene el estigma de ser “española”. Un pecado capital que a la mayoría de los que consideramos que hay motivos para la protesta nos importa un pimiento, pero que debe de pesar mucho en los comisariatos políticos de estos sindicatos más atentos con frecuencia a las cuestiones político-patrióticas que socio-laborales. Ojala el miércoles haya un buen número de trabajadores dispuestos a renegar de la disciplina sindical y participar en una movilización por motivos que nos atañen a todos, independientemente de cuál sea nuestra postura ante la “cuestión nacional” vasca.
+Info: el siempre certero Vicenç Navarro ofrece en Público un buen puñado de razones para esta huelga.