miércoles, 31 de octubre de 2012

UNA BODA PATRIÓTICA


La noticia de la semana en nuestra ciudad tiene tintes tragicómicos: en el transcurso de una celebración de boda que estaba teniendo lugar en el muy selecto y tradicional Hotel de Londres donostiarra, los invitados se enzarzaron en una pelea multitudinaria que acabó con la intervención de la Ertzaintza y al menos dos personas detenidas. Las circunstancias de la tangana no están del todo claras pero parece que hay al menos tres ingredientes que, según las crónicas, la provocan en menor o mayor medida: una canción de Benito Lertxundi, la profusión alterna y contrapuesta de sucesivos goras a ETA y vivas a España y la presencia de un grupo de invitados vallisoletanos. Según las últimas informaciones éstos se retiraron discretamente a sus aposentos antes de que estallara la pelea con lo cual la inicial sospecha de que pudiera tratarse de un enfrentamiento de vascos contra españoles (singular remedo de nuestra “lucha de liberación nacional”) parece desvanecerse. La trifulca da pie en cualquier caso a una serie de reflexiones. Para empezar demuestra que la profesión de fe revolucionaria y abertzale no está reñida con una más que desahogada posición económica que se permite celebraciones en uno de los templos del lujo y el buen estatus familiar de nuestra ciudad (habremos de pensar que la mayoría de los invitados, amigos y familiares, pertenecen al mismo segmento social que los novios, como suele ocurrir en casi todas las bodas). Esto del poderío económico de una importante porción de la base social de la izquierda abertzale es tema que dejaremos para otra ocasión, pero me ha resultado divertido imaginarlos vociferando con corbata los goras a ETA en un contexto tan selecto y elegante (al facherío local ya le teníamos descontada esa posición muelle).
Otra curiosidad es la accidental presencia de Benito Lertxundi. Pero, por Dios, ¡a quién se le ocurre poner una canción de Benito en una boda! Es como ambientar un velatorio con Georgie Dann, pongamos. Dicen los periódicos que todo empezó cuando el novio le pidió al disc jockey que quitara una canción del cantautor vasco que previamente había solicitado la novia, lo que debió de parecerle una provocación al sector abertzale de la concurrencia. Más allá de los acuerdos musicales que hubieran estipulado los novios en sus capitulaciones matrimoniales, entiendo que la verdadera provocación está en la tentativa de reventar un baile con las amodorrantes melodías del bueno de Benito, muy adecuadas para ambientar una reunión nocturna de ñeque-ñeque en un brumoso refugio montañero, pero francamente inservibles para darle vidilla a cualquier bailongo post-nupcial. Bueno, ¿y lo de los vivas a España y los goras a ETA? ¿A quién se le ocurre? En las bodas normalmente se les vitorea a los novios, pero los vivas a las patrias y sus próceres parecen cosa, como mucho, de bodas de Estado (y ésta en cualquier caso sería una boda “en estado”, pormenor que ignoramos, claro).
En fin, prósperos revolucionarios abertzales los unos, acomodados españolistas de buena familia los otros, supongo que tendiendo todos a borrachos, por un quítame allí esta canción se lían a tortas al grito de viva España o gora ETA. Lo cual, insisto una vez más, vuelve a demostrar lo malo que es el nacionalismo para la salud mental de las personas, especialmente si lo mezclamos con el alcohol y la familia. Pobres novios.
+Info: crónica del DiarioVasco

jueves, 25 de octubre de 2012

ELECCIONES VASCAS DEL 21-O: TRES NOTICIAS “MALAS”, UNA “BUENA” Y UNA CONCLUSIÓN


Ahora que han pasado unos días de las elecciones y ya hemos leído y escuchado variadas reacciones, valoraciones y análisis sobre los resultados de las mismas nos toca expresar nuestras reflexiones, ponderadas por un relativo conocimiento prospectivo sobre lo que puede esperarse de la próxima legislatura. Que lo que venga sea malo o bueno depende lógicamente de cada cual, así que yo solo puedo decir lo que para mi promete venturas y lo que anticipa desventuras desde mi óptica particular. Pienso, de una manera muy sucinta y resumida, que la jornada electoral ha deparado tres malas noticias y una buena.
1. Abrumadora mayoría nacionalista. Esto, como imaginará cualquiera que me conozca o lea este blog de cuando en cuando, de entrada es malo. No porque las distintas familias nacionalistas ostenten conjuntamente la mayoría en la cámara, algo relativamente normal, sino porque esta vez esa mayoría es acusadamente desproporcionada, tanto como no lo era desde los años 80. Si bien es cierto que la suma de votos de las formaciones no nacionalistas viene a representar un 42 % frente a un 58 %, su reflejo en escaños acentúa la diferencia hasta un 36/64 % a favor de los partidos nacionalistas, lo que facilita esa impresión de que 2 de cada 3 vascos ya son abertzales. Sea cierto o no, pienso que en cualquier caso esa mayoría nacionalista no es necesariamente secesionista y dudo que el PNV, pese a la presión de EH-Bildu, llegue a embarcarse en una aventura semejante a la de CiU. A diferencia del caso catalán y como ya se ha expresado en este blog, el soberanismo vasco no ha adquirido aun la naturaleza de movimiento cívico, una condición previa para desencadenar tempestades políticas similares a la que Mas parece dispuesto a provocar en Cataluña.
2. Desplome de la izquierda no nacionalista. Otra mala noticia. Ya no es únicamente el PSE, algo que ya se esperaba y que reproduce lo que parece que sigue ocurriendo en el resto de España (véase lo que ha pasado en Galicia, y pronto veremos lo que ocurra en Cataluña). Es que además las dos familias de IU se han ido al garete, dejando sin representación a ese sector que alguien denominó “el quinto espacio” y que con matices han venido personificando Euskadiko Ezkerra (nacionalista descafeinado), Ezker Batua y hasta en cierta medida el Aralar de Ezenarro (estos con muchos matices, claro). Por primera vez en mucho tiempo los votos de izquierda son mayoritariamente nacionalistas, algo que puede perjudicar el impulso de políticas progresistas si EH-Bildu opta por explorar estrategias y alianzas que antepongan sus aspiraciones nacionales a su supuesta alma socialista.
3. Éxito electoral de EH-Bildu. Por muy anunciada que fuera, tercera mala noticia. Es verdad que, sobre todo en Gipuzkoa donde gobierna, la izquierda abertzale ha acusado un cierto desgaste, como sus propios dirigentes han reconocido. Pero de nuevo el aluvión de votos cosechado hiere la sensibilidad moral de todos aquellos que no comprendemos cómo una agrupación que hace tan poco aplaudía la barbarie etarra hoy se erija en la segunda formación política del país amenazando incluso con superar al PNV. Sin duda esta sociedad tiene, como señalaba el líder de UPyD Gorka Maneiro, “un problema ético de primera magnitud”.
4. Mayoría de las formaciones de izquierda. Parece que es la única buena noticia que ya anticipaban las encuestas y que los resultados han sancionado. PP y PNV suman 37 escaños, los mismos que PSE y EH-Bildu, así que las claves estarán en cuáles sean las prioridades políticas de EH-Bildu y en la posición que adopte el único parlamentario de UPyD. Este partido arrastra en el País Vasco una curiosa imputación de “fatxa”, seguramente a causa de ese absurdo reduccionismo nacionalista que identifica con tal epíteto a todo aquel que se oponga con energía a los postulados abertzales (hasta el PSOE ha sido “fatxa” en el imaginario colectivo de parte de los vascos, nunca el PNV curiosamente). Sin embargo y a tenor de las declaraciones del mismo Gorka Maneiro, UPyD está dispuesto a hacer causa común con PSE y EH-Bildu en cuestiones como la lucha contra el fraude fiscal o la oposición a los recortes en políticas sociales. Quizás por este lado vengan las mejores consecuencias del nuevo mapa electoral, con una alianza parlamentaria de izquierdas y con una saludable participación política constructiva de aquellos que hasta hace poco se limitaban a jalear consignas incendiarias al  alimón con ETA.
Conclusión. Los gobiernos de coalición PNV-PSE-EE de la época de Ardanza fueron buenos cuando el terrorismo arremetía contra todo y todos. Además los socialistas matizaron el espíritu conservador y nacionalista del PNV, de manera que entonces, con el concurso de la autonomía fiscal, se sentaron las bases de una país con unos servicios públicos decentes (la sanidad adquirió un justificado prestigio, la red educativa pública se consolidó, el bilingüismo avanzó sin provocar grandes traumas, el sistema político concitaba un consenso del que solo se excluía la izquierda abertzale). Este entramado empezó a tambalearse con Ibarretxe y Patxi López no supo enderezarlo, con el agravante de la crisis económica poniendo las cosas más difíciles. Hoy ninguno de los dos protagonistas (PNV y PSE) parece que esté por la labor de repetir aquel matrimonio, aunque para muchos vascos siga siendo la opción de gobierno más deseable. Pero una vez descartada quizás lo mejor sea que el PNV gobierne en solitario con una oposición que, esperemos, sepa hacer frente a eventuales ataques a ese modelo de Estado social que el propio PNV contribuyó a levantar. Para ello va a ser clave la política fiscal y ahí es donde EH-Bildu, que no lo olvidemos controla la hacienda guipuzcoana, deberá decidir si de verdad empieza a hacer política a favor de los ciudadanos o continúa especulando con un hipotético futuro de liberación nacional para el cual necesitará la complicidad del PNV. Así que, descartada la posibilidad de gobiernos de izquierdas no nacionalistas o mixtos (algo que de hecho no ha llegado a ser el ejecutivo de Patxi López) habrá que ir acostumbrándose a que lo menos malo es la colaboración con una "nueva izquierda abertzale constructiva" con la que habrá que hacer de tripas corazón para obviar un miserable pasado aun muy reciente. Si hasta UPyD está por la labor...
+Info: los resultados electorales en la Web de EITB

viernes, 12 de octubre de 2012

UN 12 DE OCTUBRE "POPULAR"


Hace dos años publiqué en este blog un comentario (que, contra lo acostumbrado, suscitó modesta “controversia”) sobre los abucheos que recibió Zapatero en la fiesta del 12-O de 2010. El propósito venía a ser resaltar que la “transición política” post-franquista seguiría siendo algo incompleto mientras la derecha sociológica continuara teniendo al ejército español como algo propio, lo que quedaba puesto de manifiesto al aprovecharse una parada militar como pretexto para escenificar la protesta contra un gobierno de izquierdas. Desde luego aquel gobierno no estaba exento de culpa en una situación que comenzaba a ser de manifiesta crisis económica, pero el cariz de la protesta me hacía pensar que el principal motivo de los abucheos no era tanto la crisis en si misma como la “ominosa” presencia de un gobierno socialista en el contexto de un desfile militar. Hoy ha tenido lugar una nueva parada, la primera desde 2003 con el PP en el poder, con un gobierno de derechas. Y, ¿qué ha ocurrido? Pues que pese a que la crisis es para la mayoría de la población aun más insoportable y aguda que entonces, pese a que en un año el nuevo gobierno no ha sabido enderezar la situación (más bien al contrario), el público del desfile no ha manifestado ningún tipo de protesta durante el transcurso del mismo. Todo lo cual creo que corrobora lo que yo pensaba hace dos años: que esa derecha social que tanto censuró en las calles al gobierno socialista sigue teniendo al ejército como un totem exclusivo de su clan. Entonces asoció la adhesión a “su ejército” con un rechazo al gobierno. Ahora es “su gobierno” quién manda y, pese a que las circunstancias económicas sean aun más dramáticas, no hay motivo para la censura. La adhesión es de consuno, al ejecutivo y a las fuerzas armadas. No es que yo simpatice con ejércitos de ninguna clase, ni con los de “derechas” ni con los de “izquierdas”. Pero precisamente por eso creo que es bueno que puestos a tener que pagar unas fuerzas armadas éstas queden absolutamente desligadas de cualquier color político partidista, algo que los que vociferaban hace unos años y ahora se callan no parecen dispuestos a asumir. Dicho lo anterior, sigo preguntándome por qué demonios se celebra con tanques y caza-bombarderos que Colón descubriera América un 12 de octubre.
+Info: detalles del acto institucional en Europa Press